Estoy días estoy disfrutando la lectura de Rafa, mi historia (Editorial Indicios), libro escrito por el tenista Rafael Nadal y el periodista John Carlin.
Nadal, nos explica (entre otras cosas) como fue su proceso de formación como persona, deportista y tenista, y la influencia de su entrenador y tío, Toni Nadal, en dicho proceso. Creo que la lectura del libro puede ser muy útil para muchos padres, niños y sobretodo entrenadores de fútbol en etapas formativas.
Presento un par de fragmentos del libro, donde Nadal explica sus inicios:
» Todos nos pusimos muy contentos la tarde que gané ese campeonato (campeonato nacional de tenis sub12) con once años, pero fue Toni, incapaz como de costumbre de contener su tendencia a ponerme los pies en la tierra, quien aguó la fiesta. Llamó por teléfono a la Federación Española de Tenis, fingiéndose periodista, y pidió la lista de los últimos veinticinco ganadores del campeonato. Entonces, delante de la familia, leyó los nombres en voz alta y preguntó si alguna vez había oído hablar de ellos. Fulano de tal, ¿lo conoces? No. ¿Y a este otro? No. ¿Y a este? Tampoco. Sólo habían cinco que habían alcanzado un nivel decente como profesionales y cuyos nombres me sonaban. Toni sonrío.
«¿Te das cuenta cuenta, Rafael? Tus probabilidades de llegar a ser un profesional son de una entre cinco. Así que no te emociones demasiado con la victoria de hoy. Aún te queda mucho camino por recorrer, y es un camino difícil. Y lo que recorras depende de ti.»
Relativizar el éxito en categorías de formación…
Recuerdo aquells días en Sudáfrica como unas breves y emocionantes vacaciones durante las que, casualmente, gané un torneo de tenis. (…) Cuando regresé de Sudáfrica me encontré con que mi madrina Marilén había preparado una fiesta en casa de mis abuelos para celebrar mi victoria. Incluso había colgado una pancarta, aunque no llegué a verla. Toni se enteró de lo que se cocía, y se enfadó, arrancó la pancarta de la pared y se la llevó. (…) Me interceptó en la puerta de mis abuelos y me dijo:
» Vete a casa. Yo iré después, cuando haya tenido unas palabras con tu madrina y abuelos.»
No sé exactamente qué les dijo, pero por lo que mi madrina me contó más tarde, más o menos les espetó:
» Pero ¿estáis locos? ¿Qué estáis haciendo con este muchacho? Lo vais a echar a perder. No le deis tanta importancia a lo que hace».
Toni no se contentó con aquello. Por la noche se presentó en mi casa y dijo:
«Bueno, no podemos perder el tiempo. Te quiero ver mañana a las nueve abajo, en la puerta. Iremos a Palma a entrenar.»
¿Estamos siguiendo el camino correcto?
Esta lectura debería ayudarnos a reflexionar a todos los que estamos metidos en el fútbol base, donde la mayoría de veces padres y entrenadores (coordinadores y clubes) tienen demasiado en cuenta la categoría en la que juegan sus hijos y el ganar, promocionar o subir , pasa a ser la prioridad y el objetivo que perseguimos en la confección de la plantilla, la programación de la temporada, el diseño de las sesiones y en el discurso de los entrenadores día a día. Es evidente que todos queremos ganar, pero el objetivo del fútbol base no debería ser este.
Está claro que tampoco ayuda el entorno, pues tanto los técnicos, como los coordinadores, directivos o presidentes, muchas veces valoran o son valorados en función de la categoría y la clasificación de sus equipos. Sin embargo, quiero pensar que si los entrenadores quisiéramos cambiar esta tendencia y dedicarnos a fomentar el aprendizaje, podríamos hacerlo.
No sé si seguirian llegando tantos jugadores al fútbol profesional, pero estoy seguro que no habría tantos niños/as que abandonan el fútbol demasiado pronto.