A veces los entrenadores necesitamos descubrir personajes como Mark Williams (Liverpool John Moores University), para que se nos caiga la venda de los ojos, y descubramos realmente qué tipo de entrenadores somos. Todos los que trabajamos con jóvenes jugadores, nos solemos llenar la boca diciendo que el resultado no es importante, que lo que nos involucra es la progresión de los jugadores, pero a la hora de la verdad, cuando el balón empieza a rodar, sólo unos pocos saben mantener la compostura.
Y para saber qué tipo de entrenador somos, para saber si realmente abogamos por un entrenamiento dirigido al aprendizaje, o si en cambio nuestra vena competitiva nos puede y nos lanzamos a la búsqueda del resultado por encima de todo, sólo debemos fijarnos en tres variables dentro de nuestro entrenamiento: la información que damos a los jugadores, el tipo de tareas que proponemos y el feedback que damos.
– El entrenador que persigue el rendimiento se caracteriza por dar muchas instrucciones al jugador en cada una de las tareas y ejercicios, corrigiendo constantemente, plantear tareas siguiendo una estructuración programada y específica y dar un feedback muy detallado.
-En cambio aquel que basa su entrenamiento para fomentar el aprendizaje, se caracteriza por dar poca información a sus jugadores, plantear una práctica aleatoria y variable y usar un feedback infrecuente y descriptivo.
Es interesante tener en cuenta a qué deporte jugamos, para determinar qué estilo deberíamos usar para nuestros entrenamientos. Pues a veces, damos demasiada importancia al control, la disciplina y el orden dentro del entrenamiento, y nos olvidamos que somos entrenadores de fútbol, y entrenamos a nuestros jugadores para jugar partidos de fútbol, caracterizados por la imprevisibilidad, el caos y el desorden.
A lo mejor tendríamos que ayudar a nuestros jugadores a responder de forma eficiente a la incertidumbre del juego, ¿no? Y si realmente, como afirmamos, consideramos el ganar (que no el competir) como una meta secundaria, deberíamos ahorrarnos gran parte de las ordenes directas que nos salen casi sin querer en medio de un partido y centrarnos a observar cómo reaccionan los jugadores durante el transcurso del partido, y así poder seguir planteando entrenamientos según sus necesidades.